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Al consumir, se recuerda más el cómo, que el qué...

El capital humano de un lugar de consumo es el responsable de la primera y la última impresión que percibe el cliente. Lo que crea lealtad es un factor diferencial sutil y valioso. Quién ocupa el cargo de " hostess", jefe de sala o camarero principal, debe complementar

el producto que se ofrece, sea cual fuere. Su expresión facial, el lenguaje corporal, la imagen personal, el saludo y la relación que establece con el cliente desde la llegada hasta la salida, deben tener las cualidades del buen anfitrión. A saber, entusiasmo, discreción, conocimiento del producto, lealtad, paciencia, efectividad y buenos modales. Así mismo, es indispensable poseer buena memoria para conocer la carta o el menú y poder recomendarlos. Si vende con entusiasmo, se le hará agua la boca a quien escucha. Una vez tome la orden, al llevarla debe saber quién pidió qué. Ojalá memorice el nombre y o, las preferencias de quiénes suelen frecuentar el lugar. Durante el servicio, Mientras debe supervisar y estar en contacto visual con la persona y el lugar que ocupa, para analizarla, y ojalá adelantarse, o interpretar, lo que desea o le puede estar molestando.

Una vez desarrolle el interés desarrollará el arte de adivinar lo que le agrada al cliente.

El objetivo de su labor, no es solamente satisfacer al cliente, igualmente lograr que quiera retornar. Cuando alguien es reconocido y se le pregunta ¿ su misma mesa? ¿ una copa de vino verdejo?, o ¿ la entrada de siempre? logra impactarlo. También lo hace el detalle de sorprender con una cortesía que demuestra conoce el gusto del cliente, y se hace antes de que ordene. Igual al final, se puede ofrecer un " chupito" o digestivo ,¿ le gustaría, un orujo o le apetece mejor un " limoncello"?

Además del sentido de realización del deber cumplido, parte del efecto positivo se ve reflejada en la propina.



DIANA NEIRA





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