He considerado la vanidad como una gran cualidad. Gracias a esto, se adquiere la disciplina, y se produce la energía que mueve los hábitos saludables.
La piel. es además del forro del cuerpo el órgano más importante que nos protege. Su apariencia demuestra nuestros hábitos. Se nutre con la alimentación que comprende el consumo y uso del agua, le afectan los estados anímicos, el medio ambiente, y la higiene.
Cada cual decide la importancia le otorgue a estos concept; en mayor o menor grado, todos debemos darles cabida sí queremos vivir en armonía, con nosotros mismos y el entorno. Descuidar el uso diario de la ducha, el lavado frecuente de la ropa, o el cepillarse los dientes, es hacerse un mal así mismo.
Sí por ejemplo, después de un día caluroso o cuando hemos ejercitado el cuerpo nos vamos a la cama sin volver a bañarnos, perdemos la oportunidad de una experiencia de disfrute personal. La mejor fragancia es el olor a limpio, es único y muy difícil de imitar.
Así mismo ocurre en una conversación, al percibir un aliento fresco, suma puntos a la percepción que se esté recibiendo de la persona.
Un pelo limpio, exhibe un brillo especial, al igual que una dentadura sana, es testimonio de hábitos de cuidado y mantenimiento.
Contrario a lo anterior, percepciones como la de un mal aliento opaca la impresión positiva que se pueda tener de una persona. Una prueba fácil es la de respirar en la parte anterior de la muñeca y luego oler, o se pregunta a alguien de confianza si podemos respirarle para que nos diga sí lo percibe. La fórmula, para evitarlo, comprende varios pasos : 1) cepillarse después de cada comida, o cuando se bebe ciertas bebidas como café, o whisky, 2) usar seda dental, cada vez que se consuman carnes, o al menos, antes de irse a dormir, 3) limpiarse la lengua con el borde cóncavo de una cuchara metálica, dos veces al día, después de cepillarse tan pronto nos levantamos, y por la noche. Y como precaución, se hace un enjuague con agua oxigenada.
La idea es que nos recuerden por ese inconfundible buen
olor a nosotros, esa química personal, única e irrepetible.
DIANA NEIRA
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