A cada uno le gusta ocupar, los lugares que frecuenta, un determinado puesto. Por lo general, escojo el lado derecho de quien preside, y si hay varias filas, me gusta hacerme en la primera, y sí debo situarme retirada, valoro la visibilidad, y ojalá sin interferencias.
Esta tendencia me dispone y de cierta manera obliga a hacer todo de la mejor manera posible. También, busco ubicarme para ver la entrada, y evito, situarme dando la espalda a la misma. Me gusta tener espacio suficiente para moverme , y respeto el de los demás, así que jamás evito tapar la visibilidad de los demás, o incomodar a quien se encuentra ubicado.
Curiosamente, encuentro a menudo, personas que siempre se sientan en el mismo lugar, y al lado de sus mismos amigos, una y otra vez, y se resisten y protestan cuando encuentran sus lugares ocupados. Defienden e inclusive protestan cómo sí se tratara de conservar un lugar propio, cuando no es así Mi argumento se basa en que el hacerlo, se muestra resistencia al cambio, somos seres de costumbres, la tendencia es manifiesta, propongo, evitemos que esto vaya acompañado de imposiciones. Quien llega primero tiene la opción de escoger lo que le plazca, y si se trata de lo contrario, está el riesgo de encontrar ocupado el lugar favorito. Me ocurrió que la persona en cuestión, comentó , que llevaba un largo tiempo asistiendo al curso, siempre se sentaba en el mismo lugar junto con su amiga , e inclusive, lo hacía, cuando viajaba.
El derecho de cada uno llega hasta donde inicia el del otro, se aplica a todos por igual.Esto es parte del sentido de la libertad individual.
DIANA NEIRA
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