En estos días de clima cálido, cambia el comportamiento de todos, aumentan los planes culturales y sociales, y por ende, se conocen personas nuevas. Mi carácter es sociable, lo que me impulsa a conversar con personas que me llamen la atención, de manera espontánea. Esto me trae experiencias que algunas veces, marcan por ser de indiferencia y frialdad. En un principio, al sufrirlas, me culpaba por mi carácter, hoy en día, analizo, y pienso hasta que encuentro la justificación. Así me sucedió en una cena formal, estuve sentada en una mesa con un prestigioso señor, que me impactó por su imagen impecable. Con mi habitual impulso se lo comuniqué, se sonrió sin emitir palabra, le seguí hablando, y le pregunté sí la había heredado, y logré me comunicara el que en efecto, su padre, y su abuelo también le daban importancia a la imagen, y uno de sus nietos también lo había heredado. El resto de la noche, unas dos horas más, transcurrió sin que me dirigiera la palabra.
Comentado lo ocurrido con amigos catalanes, me enteré que el personaje forma parte de un grupo que sólo se relaciona con quiénes pertenecen a su mismo credo! la idea positiva de la primera impresión, sucumbió... Siempre he pensado que lo valioso es impactar por complementar la imagen física con la intelectual.
DIANA NEIRA
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