Ser un buen amigo no significa estar en contacto permanente, se trata de manifestarse en ocasiones valiosas para quién estimamos.
La mejor manera de hacerlo es cuando la otra persona no se lo espera, sucede por ejemplo al aparecer por sorpresa. Por esto, hace parte de la sicología del regalo el sorprender, y en estos casos, lo que más se aprecia lo que significa un esfuerzo e implica el entregar algo de sí para halagar al otro. Conlleva satisfacción y realización personal, asegura relaciones positivas que se dan en las verdaderas amistades, aquellas con las que se sabe se puede contar.
Los sentimientos son como las plantas, sí se riegan, florecen.
DIANA NEIRA
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