Poseer buenos amigos es un privilegio, el conservarlos implica, saber halagar cómo nos gusta lo hagan con nosotros. El comportamiento con los amigos, suele ser mejor que el que se mantiene con los familiares. Cualidades como pueden ser el respeto, la generosidad o la discreción suelen ser constantes. Sucede que hagamos por los amigos, cosas que jamás hubiéramos pensado seríamos capaces de hacer por alguien. Nos complace sorprender, estar presentes cuando sabemos que la persona nos necesita, evitamos molestar o importunar, pero nos hemos preguntado : ¿ por qué será que no podemos hacer lo mismo con la familia?
Al comportamiento con los familiares le sucede lo mismo que a las parejas. En proceso de conquista, todo se va en halagos, detalles, y buenos actos, a medida que pasa el tiempo, parece como sí la rutina convirtiera la relación en una de críticas, incomodidades y agravios. pregunto, ¿ por qué será que con los amigos, nuestro comportamiento es mejor ? asi logramos mantener la armonía, el respeto, y aumentar el deseo de querer permanecer a nuestro lado.
La fórmula que propongo es la de invertir los papeles o generalizar el actuar hasta lograr crear un ambiente favorable con quiénes nos rodean, ya sean amigos, compañeros o familiares.
DIANA NEIRA
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