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Prevenir para evitar lamentarse

En los temas económicos que conciernen a los consumos, conviene establecer previamente, cuáles son las normas a seguir.

Sí se trata de una invitación, previo al pedido que se haga , bien vale la pena, aclarar, así sea sutilmente, que lo que se consuma , corre por nuestra cuenta.

Lo usual es dividir por partes iguales, y en ningún caso, pagar únicamente por lo que uno haya bebido o comido. Al sentarse en una mesa de restaurante o similar, se comparten, la bebida, la comida, la conversación, la compañía, el espacio, el tiempo, y así mismo la cuenta. El cálculo se hace proporcionalmente. Los padres, pagan por los hijos o nietos menores, y los adultos, cada uno lo suyo. En caso de ocasión de celebración, el único que no paga es el personaje de la misma. Todos los demás, si han participado, deben pagar lo mismo, aún cuando no hayan bebido, o tengan algún impedimento de consumo alimenticio. Los demás no tienen por qué otorgarles un favor especial; esto sólo se hace cuando haya sido acordado previamente.

Hay caballeros que se incomodan cuando esto se hace, acostumbran pagar siempre; en este caso, se debe retribuir, haciendo una atención especial. Recomiendo, levantarse como si se tratara de ir al baño, pedir la cuenta y cancelarla de manera que cuando sea solicitada, el camarero comente que ha sido cancelada.

A todos nos agrada ser invitados, compensa, practicarlo, con las personas que apreciamos. Hoy por mí, mañana por tí...

DIANA NEIRA



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